14/03/2016

Conociendo a tus estudiantes

Cómo son nuestros estudiantes según ellos mismos.
ÍNDICE: 1. Un estudio cualitativo basado en las autopresentaciones de los estudiantes: 1.1. Introducción; 1.2. Vocación inicial; 1.3. Satisfacción con sus estudios; 1.4. "Flamantes" en tercero; 1.5. Materias favoritas; 1.6. Proyección profesional; 1.7. Trabajo, aficiones e idiomas; 2. Una encuesta sobre competencias digitales: 2.1. Introducción; 2.2. Pocos estudiantes poseen competencias digitales sobresalientes; 2.3. Una brecha digital en las competencias ofimáticas; 2.4. Conformismo en las búsquedas; 2.5. Creciente lectura en pantalla; 2.6. Aprendientes ágiles; 2.7. Conclusión



1. Un estudio cualitativo basado en las autopresentaciones de los estudiantes


1.1. Introducción


En los últimos tres años en que he impartido la asignatura "Responsabilidad contractual y extracontractual" del segundo semestre del tercer curso del grado de Derecho en la Facultad de Derecho de la Universidad de las Islas Baleares, he venido pidiendo a los estudiantes que me envíen una pequeña presentación, de carácter informal, sobre la que luego hablamos en una primera tutoría. Una parte de estos estudiantes -aproximadamente un tercio- pertenecen al grupo vespertino, caracterizado por incluir estudiantes de más edad y que compatibilizan trabajo y estudios.

Esta presentación y la posterior tutoría tienen como funciones conocer a mis estudiantes, "desasustarlos" sobre mi accesibilidad en el despacho, identificar intereses particulares que puedan confluir positivamente con la asignatura y resolver las dudas que les hubiera ocasionado la guía docente y la primera o primeras clases; también, en ocasiones, lanzar una primera advertencia de peligro a estudiantes en cuyo perfil observo algunos indicios de que pueden abandonar tempranamente el "tren de la asignatura".

Con el tiempo, sin embargo, el hallazgo de coincidencias que me parecen llamativas me ha hecho pensar que esta actividad, además de ser una estrategia docente, es un recurso valioso de análisis sociológico. Aquí recojo, por ello, con absoluto "amateurismo" en cuanto a la metodología del análisis, mis conclusiones sobre unas 300 autopresentaciones de estudiantes de 3º. de grado.


1.2. Vocación inicial


Los estudiantes que desde niños (o, al menos, adolescentes) tenían claro que querían estudiar Derecho son una estricta minoría (salvo, curiosamente, en el curso que imparto este año). Las afirmaciones como las que trascribo a continuación solo se encuentran en un cuarto o un quinto de las presentaciones.
  • Desde era pequeña quise estudiar derecho porque por aquel entonces me parecía muy interesante el mundo de los juicios, los abogados, los jueces ... y sobre todo me llamaba la atención el hecho de intentar persuadir a una persona para que creyera tu versión...
  • Se puede decir que desde siempre he querido estudiar Derecho. Desde pequeñita, cuando me pedían que quería ser de mayor, siempre contestaba que abogada y cuando me pedían por qué decía (con toda mi inocencia) que era porque me encantaba debatir, dar mi opinión y sobre todo defender a la gente que consideraba que tenía la razón. Por el momento, podría decir que no he cambiado y sigo con estas mismas características.
  • Empecé el grado de Derecho con total convencimiento. Desde muy pequeña ya tenía la convicción de que cuanto llegara el momento elegiría estudiar esta carrera y, de hecho, así fue.
  • He tenido vocación para estudiar derecho desde aproximadamente los 14 años y no precisamente por herencia familiar, ya que no dispongo de ningún pariente que ejerza una profesión relacionada con el derecho.  
En la mayoría de los casos, se trata, en orden de mayor a menor frecuencia, de una decisión tardía (en el último curso del bachillerato, casi siempre inspirada o reforzada por el tutor del colegio o instituto o, llamativamente, por las sesiones de "puertas abiertas" de la universidad), "extratardía" (por descarte, al hacer la preinscripción) o de rebote (perfil más frecuente: estudiante fracasado o desencantado en el primer curso de GADE o GECO).

Los argumentos que más frecuentemente mencionan los estudiantes como determinantes de su decisión de estudiar Derecho pueden agruparse en dos categorías.

La primera es la archiconocida del amplio elenco de salidas profesionales que ofrece una carrera tan versátil como Derecho. Para quienes piensen que, para idealistas, nosotros, y que los jóvenes de hoy se mueven por intereses más prosaicos y materialistas, diré que, con gran frecuencia, los estudiantes especifican que persiguen un trabajo orientado a lograr una sociedad más justa y a proteger a quienes consideran necesitados de justicia.
  • En mi opinión, estudiar Derecho te abre un gran abanico de profesiones a las cuales te puedes dedicar al finalizar el grado y si eliges de acuerdo con tus inquietudes pienso que puedes disfrutar mucho realizando tu trabajo.
  • Otro de los factores fue que no tenía muy claro a qué profesión y el Derecho me ofrecía un gran abanico de posibilidades. 
  • Las salidas al mercado laboral son inmensas en comparación con otras carreras, y viendo cómo van las cosas, me tranquiliza un poco más. 
  • Nunca he tenido claro qué quería estudiar y sinceramente escogí derecho porque es una de las que considero que cuenta con más salidas laborales una vez finalizada. Principalmente me hubiera gustado más realizar una carrera como la de educación social, pero al contrario que derecho abarca menos posibilidades laborales una vez finalizada.
  • Un aliciente que en mi caso podría añadir es que el Derecho trata sobre cuestiones que van desde cuestionar la legalidad de una norma, a los problemas del día a día que puede encontrarse un ciudadano de a pie, y esto último es algo que me atrae porque es una manera de ayudar a los demás a resolver los problemas que les puedan surgir.
  • No sabría decirle exactamente por qué elegí la carrera, porque realmente no tengo ningún familiar ni referente en la carrera que me haya precedido, pero me llamaba la atención la figura del abogado defensor, creía que era una forma de poder ayudar. 

Junto a esta finalidad profesionalizante, con una frecuencia solo ligeramente inferior, los estudiantes aluden al interés que para ellos tienen los estudios jurídicos como herramienta para comprender el mundo, es decir, la sociedad en la que viven.
  • Por otro lado, haces una visión general de las distintas situaciones que se dan cotidianamente dentro de la sociedad, lo que la hace una carrera muy interesante mediante la cual adquieres una gran cultura general".
  • Estudiando Derecho me doy cuenta de que he aprendido historia, política y ética, todo en la misma carrera.
  • La razón por la que escogí estudiar Derecho fue la curiosidad por saber cómo se rige nuestra sociedad, cómo funciona, quería entender qué decían esos señores que salen por la tele (políticos, abogados, jueces, funcionarios en general...), en definitiva, entender la estructura de nuestra sociedad y tal vez aprender a mejorarla. 
  • Sinceramente no sabría decirle un motivo concreto que explique por qué me dispuse a estudiar Derecho, fue básicamente la idea en entender mejor cómo funciona el mundo desde el punto de vista jurídico.
  • Este es uno de los grados más enriquecedores que puedes cursar ... No solo me ha enseñado cómo funcionan los Poderes del Estado, sino que ha sido un 'conocer realmente cómo es la sociedad', es estar en contacto con la realidad, se ven temas y problemas que existen en el día a día que no son visibles para cualquier ciudadano.
  • Empecé a estudiar Derecho por curiosidad, porque me interesaba saber más 
  • Empecé Derecho porque siempre me han interesado temas como la historia, leyes, conducta humana, política, justicia, organización del Estado, actualidad, etcétera, y comprendí que esta era la carrera idónea.
  • Me convenció la carrera de Derecho por eso que digo de estructurarte la cabeza, por ejemplo, conocer cómo se articula la sociedad. 
Esta motivación dual de los estudiantes se corresponde, en mi opinión, con la orientación también dual que ha de tener el grado de Derecho: profesional, por un lado, como preparación generalista para las profesiones jurídicas, y política, en el sentido más amplio del término, por otro, consistente en habilitar a los graduados para ser y actuar como ciudadanos ilustrados y críticos.

No quiero terminar este apartado sin aludir a la especial motivación de los estudiantes "maduros", cuyos objetivos van desde la mera promoción laboral a la pura satisfacción de ver cumplido un reto personal. Sirva de homenaje a estos esforzados estudiantes, estas palabras de una de ellos:
Empecé la licenciatura de Derecho hace más de 20 años... 
Oposité a la función pública y me puse a trabajar. 
Llegaron los niños, soy madre de familia numerosa, y empecé a ver las cosas de otra manera. Qué diferente es estar al otro lado… y así sin pensármelo el año pasado llegué a Secretaria de Jovellanos. 
Adapté mi plan de estudios al Plan Bolonia y estoy encantada de la decisión tomada. 
Por un lado estoy intentando demostrar a mis hijos que no vale protestar sino hacer lo imposible por conseguir un objetivo, que nadie regala nada. Que cuando ellos se van a la cama yo empiezo a estudiar y he tenido que priorizar mis obligaciones de estudiante ante muchas actividades que me encantan como puede ser el deporte o la música. 
Por otro lado la satisfacción personal de haber decidido que ya era hora de acabar lo que empecé y de hacerlo cuando aún mis padres están conmigo y de devolverles todo lo que ellos hicieron por nosotros.


1.3. Satisfacción con sus estudios


La amplia mayoría de los estudiantes, tanto los de vocación temprana como los de vocación más morosa, manifiestan satisfacción; no están  arrepentidos o insatisfechos con su resolución de estudiar Derecho. Aunque es lógico pensar que los insatisfechos habrán abandonado tempranamente la carrera, la espontaneidad y rotundidad con la que se explican y la práctica ausencia (no llegan a una docena) de respuestas tipo "más o menos", "hasta cierto punto", "no acabo de encontrarme", etc., me hace pensar que la Facultad puede preciarse de que los ánimos de los estudiantes estén altos. Y no es precisamente porque la carrera les parezca fácil.
  • Hasta el momento me está yendo muy bien, el grado me está gustando incluso más de lo que esperaba y no me he sentido incómoda con el alto nivel de exigencia, sino que me ha motivado a esforzarme cada vez más.
  • Desde que decidí estudiar Derecho, siempre me he encontrado algún amigo que me dijo "ya sé yo quién me sacará de los líos". Ahora me emociona poder ver un contrato bilateral donde la gente solo ve la compra de un billete de autobús. 
  • No era consciente  de lo duro que se puede hacer sacar la carrera, pero a día de hoy la volvería a escoger porque me he dado cuenta de que, aunque es un grado muy difícil, te vuelve más responsable y además la satisfacción personal cuando superas asignaturas es muy agradable.
  • Lo mío en el Derecho no es vocacional... Lo realmente curioso es que con 20 años, ninguna suspendida de los otros cursos y con ganas de seguir aprendiendo, no pensaba que esta carrera 'enganchara' de esta manera.
  • Nunca me creí capaz de estudiar tantos libros ... Me está gustando más de lo que imaginé 
  • No me arrepiento de esta decisión, creo que he acertado de lleno, aunque he de reconocer que no me está resultando nada fácil.
  • Tengo que decir que la carrera que curso actualmente me ha sorprendido gratamente, y a medida que avanzo en los cursos, me va interesando y atrayendo mucho más, hasta el punto de decir que creo que mi elección fue acertada.
  •  Estoy compaginando los estudios del grado con mi trabajo, y aunque desde luego es un esfuerzo, estoy francamente contenta con los resultados que estoy obteniendo. Creo que el Plan Bolonia, comparándolo con los años en que yo estudié, facilita mucho al alumno el estudio y por supuesto el aprobar, aunque la carga de trabajo diario sea mucho mayor.
  • Lo cierto es que en primero de grado tenía claro que si no me gustaba lo suficiente no me iba a obligar a seguir estudiando Derecho. Siempre podía optar por otro camino. Pero lo cierto es que me sorprendió para bien, no sólo por el conjunto, sino también por asignaturas que en principio no me parecían atractivas y que finalmente, bien por el profesor, por la materia o por ambos, me acabaron resultando muy interesantes; no porque esperara algo peor, sino porque en ocasiones pensaba que Derecho no estaría hecho para mí.
  • Al principio, no estaba muy segura de escoger esta carrera ... Si ahora me volvieran a preguntar sobre lo que quiero estudiar o si me gustaría haber escogido otra carrera, les respondería que no me imagino haciendo otra cosa.
  • No me ha defraudado, ni mucho menos, es más, ha cumplido con creces mis pretensiones e incluso pienso que ciertos aspectos del grado deberían explicarse en la enseñanza obligatoria 
  • Me matriculé en la rama de ciencias pues quería ser odontólogo, pero cambié de criterio. A día de hoy considero que el cambio de planes ha sido una de las decisiones más importantes y acertadas de mi vida.
  • Considero que con todo lo que aprendemos, valoramos y afrontamos 'problemas rutinarios' de una manera diferente (o eso es lo que yo he observado en estos tres últimos años)
  • Podríamos decir que siempre me ha atraído "no sé qué" que tiene el Derecho ... A media que pasan los años veo que no me he equivocado, que cada vez aumenta más mi interés y curiosidad, todo sin que se pierda la búsqueda de ese "no se qué" inicial.
  • Pese a que no inicié estos estudios con todo el entusiasmo que cabría esperar, confieso que me he llevado una grata sorpresa: cada día me gusta más la carrera y estoy más segura de haber tomado la decisión correcta; hoy por hoy, ya no me imagino haciendo otra cosa.
  • A día de hoy no me arrepiento de mi decisión, puesto que ese pequeño interés ha ido creciendo cada vez un poco más a medida que ha ido pasando el tiempo y ahora soy yo el que muchas veces explica a mi padre cosas que se hablan en televisión y él no comprende.
  • ¿Y si realmente mi interés era estudiar mas a fondo la Ley y no ser Policía? Por lo tanto, aprendí de los errores ajenos, obtuve nota en Selectividad para poder acceder a Derecho y ese mismo año me matriculé en el 1er año de la Carrera, una de las mejores decisiones que he elegido en mi vida. El grado me entusiasma, su abanico de conocimientos es increíble. Al principio tenía miedo, la gente me decía que la Carrera era muy difícil e imposible de obtener, incluso me añadían que muchos amigos suyos la habían dejado porque no podían con ella (Supongo que gente que quiso probar pero no tenía vocación alguna). A mi, por ahora la carrera me va bien y para nada opino lo que me contaban los demás, pienso que es una carrera maravillosa y, sobretodo, muy interesante, siempre aprendes algo nuevo
  • Me decanté, teniéndolo muy claro, por un bachillerato de ciencias puras pensando estudiar algo muy relacionado con ellas tipo medicina o biotecnología. A pesar de ello, al acabar selectividad hice un giro radical y pensé que medicina no era mi carrera así que opté por una carrera que me pudiera gustar y esa era Derecho. Mi idea sobre el derecho era " 2+2=4" , es decir, existía una ley y esa era la que se aplicaba, no había más vuelta de hoja. La primera semana de clase esa idea fue totalmente destruida puesto que, no hubo ni un solo profesor que no dijera la frase "el derecho no es dos más dos cuatro". Sin embargo, por mucho que estudiara un bachiller de ciencias, de lo cual no me arrepiento para nada, y a pesar de cambiar de idea en el último segundo, creo que acerté totalmente con la elección de la carrera aunque no sea tan matemática y tan clara como aplicar una ley y listo. Por lo tanto, derecho no ha sido mi vocación desde pequeña pero creo que después de tres años de carrera, veo claro que mi futuro estará relacionado con el Derecho y eso es algo que me hace mucha ilusión.
  •  No era mi primera opción. Mi idea era estudiar Ciencias Políticas, pero el hecho de no poder cursarlo en Mallorca impidió que realizara esta opción, aunque hoy por hoy no me imagino haciendo otra cosa que no sea Derecho

1.4. "Flamantes" en tercero


Vocacionales y no vocacionales (con más rotundidad estos últimos) repiten, de forma ampliamente mayoritaria, que su paso por primero fue algo decepcionante o difícil, puso a prueba su decisión de estudiar y conllevó bajas calificaciones o suspensos; que, en segundo, las cosas fueron mejorando; y que, en tercero, poco menos que reciben la revelación: ahora "ven" el Derecho, saben cómo resolver problemas y se encuentran cómodos y motivados; y lo dicen.
  • Si soy sincero, no sabría darle un motivo por el cual elegí esta carrera; si sé que no empecé con muy buen pie, sobre todo el primer semestre, pero ahora no cambiaba esto por nada. A medida que pasan los años, más me gusta y más disfruto estudiando y aprendiendo, y me sentiré muy afortunado de poder dedicarme a este mundo".
  • En el actual curso estoy viendo cómo todo lo aprendido hace que la carrera te guste cada vez más y personalmente este año estoy disfrutando como nunca de estudiar este grado.
  • En lo concerniente al grado de Derecho, estos tres primeros años me han resultado duros pero también sorprendentes. En realidad a mi siempre me han gustado los retos y cuanto más me cuesta algo más me implico y me doy cuenta de que realmente vale la pena. Es cierto que he tenido épocas de bajones con algunas asignaturas porque me han costado más que otras pero con esfuerzo he conseguido sacarlas adelante y el resultado ha sido gratificante para mi. Pienso que mi mayor dificultad durante la carrera es la parte "memorística" de las asignaturas. Al principio cuando decidí estudiar Derecho a todos les sorprenció bastante porque yo siempre he tenido muy mala memoria pero una gran capacidad de análisis por eso me resultaba más fácil estudiar filología pero más gratificante estudiar Derecho. Todas aquellas asignaturas que consistían en memorizar grandes cantidades de texto como por ejemplo el Derecho Constitucional y Teoría General del Derecho me han costado un poco más sacarlas pero en cambio este primer cuatrimestre de tercero me ha ido mucho mejor y he disfrutado más porque casi todas las asignaturas han sido prácticas. Hemos hecho bastantes trabajos y los exámenes no consistían en reproducir de memoria algún apartado del manual sino que han sido casos prácticos.
  • En general no me está yendo mal, los resultados no son malos. Aunque me arrepiento de no haber aprendido más en el primer año y parte del segundo. Con ello me refiero a no haber prestado más atención a la materia, no conformándome con aprobar, o con superar un examen, sino interiorizar la materia y «hacerla mía». Pero tengo claro que todavía estoy a tiempo. El curso pasado ya me di cuenta de ello y por eso creo que cada año o cada semestre que pasa intento mejorar y aprender más (aunque en ocasiones ello no signifique tener mejores resultados académicos)
  • Estoy muy feliz de mi decisión porque cada día que pasa, clase tras clase, esta carrera me gusta más. 
  • La verdad es que me costó elegir la carrera que quería estudiar ... Ahora que ya estoy en tercero me doy cuenta de que escogí correctamente, la carrera me encanta, aunque haya asignaturas que no me gusten nada, hay otras que me apasionan y hasta disfruto estudiándolas.
  • Soy una persona muy aplicada y estudiosa, me gusta el orden y la constancia. Tengo facilidades en cuanto a usar mi memoria, y debo decir que eso en derecho me ha servido mucho. Ahora bien, es cierto que soy una persona más teórica que práctica, pero considero que el esfuerzo es la clave para todo, y poco a poco evoluciono en mi faceta práctica. Este tercer curso de derecho, ha sido más práctico que los dos anteriores y me ha tocado enfrentarme a tareas que han sido más difíciles para mí en cuanto a mis habilidades, pero finalmente me ha ido bien y me he superado a mi misma, gracias al trabajo y duro esfuerzo que le he dedicado. Debo decir, que a pesar de haber tenido más dificultades que los años anteriores para enfrentarme a algunas materias de este curso, todo ello ha constituido un reto, una motivación y al haber superado con éxito este reto me ha permitido sentirme realizada.
  • Siempre he sacado buenas notas en el colegio, pero al empezar el Grado en Derecho pronto me di cuenta de que primero de carrera no era tercero de bachiller… Y, aunque no fue del todo desastroso, lo cierto es que mis notas fueron muy bajas. No estaba motivada, no trabajaba ni me esforzaba, y no me daba cuenta del alcance y la importancia que tiene cursar estudios superiores.Tras dos años de decepciones académicas, decidí dejar de abarcar tantas asignaturas por semestre y limpiar primero y segundo de una vez por todas. Fue el año pasado ... Fue sin duda el mejor año a nivel académico, y supuso el empujón que necesitaba para tomar conciencia de mí misma, de lo que quería hacer y de quién quería ser en un futuro. Y este año estoy aquí, en tercero de carrera, contenta, con ilusión, compromiso y con ganas de seguir adelante y no lamentarme por los errores del pasado, pues gracias a ellos he aprendido.
  • Desde el primer año de carrera estudio en la UIB. Tengo que decir que el primer año me decepcionó un poco ya que no me esperaba que la carrera fuera así y muchas cosas eran nuevas. Pero, a medida que vamos avanzando me gusta más y la encuentro más interesante ... Lo que más satisfacción me produce es ver que lo que estamos aprendiendo sirve para la vida cuotidiana. Cuando la gente conoce que estudias Derecho te empieza hacer preguntas de problemas que tienes. Al principio siempre decía: 'estoy en primero, yo aún no tengo ni idea', pero el año pasado buscaba en los apuntes el caso y lo explicaba aunque claro eso no significa que solo tienen que tener en cuenta mi opinión.
  • Al inicio de la carrera me costó adaptarme a las exigencias universitarias, sin embargo, lo he ido superando y considero que tercero está siendo mi mejor momento.
  • El primer año de carrera no me gustó demasiado; me costaba entenderla y me plantee dejarla. Sin embargo, decidí continuar y probar el segundo curso y entonces ya me gustó, empezamos con Derecho 'de verdad', civil, mercantil... empecé a encontrarle el sentido a la carrera y su utilidad en el día a día. Hoy en día la carrera me gusta mucho, he aprendido muchas cosas y la verdad es que me va bastante bien (estoy muy motivada)
  • Mi interés hacia el derecho no ha hecho más que aumentar, y ya me he visto capaz de solucionar cuatro problemillas básicos de casa en base a mi formación, cosa que considero muy gratificante
  • En cuanto a mi paso por el grado, puedo decir que está siendo más satisfactorio de lo que imaginaba. Llevaba la típica idea de "estudiar Derecho" cuando vienes de bachillerato es empollar y empollar y empollar, y para mi, esa idea ha quedado totalmente apartada de mi mente. Es cierto que estudio más horas que un reloj y que cuesta, pero ver los resultados merece la pena. Me sorprende sobretodo, si miro mi expediente, que al principio del grado, rascaba el cinco y en tercero soy capaz de sacar notables y sobresalientes! Además, estudiar Derecho es más que coger un libro y ponerte a estudiarlo de pe a pa... Bueno, siempre desde mi punto de vista, quizás otro no lo pensará igual!

La reflexión que me provocan estas manifestaciones de los alumnos es que, especialmente en tercero, resulta imperdonable que los profesores, por falta de motivación y/o dedicación por nuestra parte, desaprovechemos la oportunidad de utilizar la propia ilusión y creciente capacidad de los estudiantes como palanca para llevarlos un poco más allá en su proceso de formación. ¿Racanear cuando lees que un estudiante dice que "estoy pasando mucho gusto de estudiar lo que estudio"o que "la carrera me gusta cada día más"?



1.5. Materias favoritas


Ninguna sorpresa, nada ha cambiado desde que yo estudié en San Sebastián hace casi cuarenta años: al frente, destacada, Penal. En un segundo plano, Civil. El resto de las preferencias, muy repartidas.

Muchas veces me he preguntado, civilista celoso, por qué esta predilección estudiantil por el Derecho Penal. Probablemente confluyen muchas razones. Los intereses en juego y principios en concurso son más diáfanos y comprensibles para un estudiante que los de otras materias (comparemos mentalmente un debate sobre la pena de muerte y otro, por buscar un tema polémico, sobre la legítima). En Derecho Penal se resuelven problemas, casos, y eso siempre motiva al estudiante. Actividades como la aplicación de circunstancias modificativas, los concursos de delitos o la graduación de las penas tienen una connotación, por emplear un término en boga, "gamificadora", que gratifica con la obtención de la respuesta correcta. La práctica constricción de la materia a un solo texto legal, con una sistemática muy precisa, ayuda a que el estudiante sienta que es un Derecho conmensurable. La presencia del Derecho Penal en los medios de comunicación, la literatura o las ficciones audiovisuales debe de aportar su granito de arena. Termino con una salvedad, por si algún penalista que leyera estas líneas pensara que estoy acusando de simplonería a su materia: soy más que consciente de que la capacidad de abstracción de la dogmática penalista, con la germana al frente, es estratosférica.


1.6. Proyección profesional


Pocos estudiantes tienen ya decidido hacia dónde orientar su futuro profesional, pero sí me llama la atención, al menos en comparación de lo que ocurría en mi generación, que es un tema que tienen bien presente -y les preocupa- y que ya están "deshojando margaritas". Asumen, la mayoría, que el grado es una de las etapas de su formación.
Mi principal problema es que ya estoy en una etapa muy avanzada del grado y aún no sé a qué me quiero dedicar ni en qué me gustaría especializarme. Sí tengo claro que al acabar me gustaría seguir formándome todo lo posible.


1.7. Trabajo, aficiones e idiomas


Como era esperable, la mayoría de los estudiantes de grupos vespertinos se dedican al estudio como segunda actividad. Lo que me ha sorprendido es la cantidad de estudiantes "de mañana" que, con carácter accesorio, realizan alguna actividad remunerada, sea dar clases de repaso, trabajar unas horas en una tienda o hacerlo en algún establecimiento de hostelería en la temporada estival; aproximadamente la mitad de los estudiantes de los cursos matutinos.

Las aficiones extracurriculares que más suelen mencionar son de carácter deportivo; en segundo lugar, musicales y políticas. 

En lo tocante a los idiomas, con el inglés al frente, no suelen manifestar mucha convicción sobre de sus capacidades, pese a que casi todos ellos están realizando algún curso de inglés (quizás motivados por la exigencia por la UIB de un nivel mínimo como requisito de graduación). Si he de juzgar por lo que los propios estudiantes me dicen, el nivel es preocupantemente bajo. Como digo, se les ve, eso sí, aplicados en mejorarlo.


2. Una encuesta sobre competencias digitales


2.1. Introducción


A la vista de algunas dificultades técnicas que mis estudiantes del grado de Derecho me ponían de manifiesto a la hora de ejecutar algunas de las actividades del curso, decidí, al poco de iniciar el semestre, realizar una encuesta sobre competencias digitales, cuyo resultado concreto puede examinarse aquí. Dado que el nivel formativo del grupo era bueno, creo que los resultados (que intentaré completar con una nueva muestra el curso que viene) nos obligan a reflexionar sobre las competencias digitales de nuestros estudiantes (y a estos sobre su adaptación a las exigencias de la sociedad de la información).


2.2. Pocos estudiantes poseen competencias digitales sobresalientes


El número de estudiantes que pueden decirse tecnológicamente avanzados es reducido, incluso para un estudio grado de Derecho- al que no suelen acceder los más incondicionales de las matemáticas. Un 9 % sabe escribir código (aunque solo sea retocar el html de una página web); un 11 % administra un blog o página web y un 31 % usa activamente Twitter.


2.3. Una brecha digital en las competencias ofimáticas


La capacidad de ejecutar algunas utilidades propias del mundo académico y profesional es menor de lo esperado en miembros de una generación de nativos digitales. No me gusta echar las culpas a los eslabones anteriores de la cadena educativa, pero sorprende que durante el bachillerato no hayan tenido sobradas oportunidades para poner en práctica utilidades como crear y emplear una hoja de cálculo (no saben hacerlo el 48 %), crear un enlace en un documento de texto (no saben el 43 %) o crear un índice en un documento de texto (no saben el 54 %). Sobradamente capacitados, sin duda, para los usos cotidianos, sociales y lúdicos de las nuevas tecnologías, los estudiantes resultan menos avezados en la "ofimática pesada", necesaria, sin embargo, para el desempeño profesional y ciudadano que les espera.


2.4. Conformismo en las búsquedas


No hace falta ninguna encuesta para llegar a la conclusión de que los estudiantes emplean cotidianamente los buscadores generalistas -y Google en particular-. Sorprende, sin embargo, la reducida competencia de los estudiantes en la personalización de las búsquedas (un 30% no sabe cómo realizar una búsqueda acotada a una frase literal y un 70 % no sabe emplear los operadores lógicos "y", "o", "no"...). En la misma línea se sitúa el dato del escaso conocimiento de buscadores especializados, como Dialnet (20%) o Google Académico (6%). Mi impresión es que los estudiantes se rinden a las crecientes capacidades predictivas de los buscadores generalistas, sometiéndolos a búsquedas "en bruto", sin demasiado análisis ni reflexión. Abandonarse a la "inteligencia colectiva" aplicada por los buscadores supone, en mi opinión, una actitud alejada del deseable pensamiento crítico, para el que es preciso emplear herramientas de búsqueda más refinadas, que permitan alejarse del camino trillado. 


2.5. Creciente lectura en pantalla


En contraste con lo que ocurre con los "digitales tardíos" de mi generación, los estudiantes demuestran mayor predisposición a la lectura en pantalla de los materiales del curso. En un curso en el que los estudiantes debían leer, con periodicidad semanal, los apuntes (Nociones) -unas 50 págs. en total- y las entradas de blog, mayoritariamente sobre sentencias, de ZONA RESPONSABILIDAD CIVIL estudiantes y ZONA OBLIGACIONES Y CONTRATOS estudiantes -unas 150 págs en total-, solo un 15 % imprimió y leyó en papel todos los materiales, un 46% optó por un sistema mixto (Nociones en papel, blog en pantalla) y un 39% leyó todo en pantalla (con preferencia por la versión en pdf frente a la versión web).


2.6. Aprendientes ágiles


Pese a los déficits ofimáticos aludidos, lo cierto es que la amplísima mayoría de los estudiantes resolvió con comodidad los "retos" digitales que les planteaba mi asignatura (como, por ejemplo, insertar enlaces en un texto). Nuevamente en comparación con generaciones anteriores, tan fáciles al "bloqueo digital", demuestran mayor agilidad en el aprendizaje; no en vano, ahora sí ha de notarse, son nativos digitales. Y esto me permite desembocar en una conclusión final para esta entrada...


2.7. Conclusión


Las capacidades innatas de nuestros estudiantes para lo digital están infraexplotadas; corresponde al sistema educativo -universitario y preuniversitario- incentivar su uso y a los propios estudiantes esforzarse en emplear los múltiples recursos disponibles de educación no formal para mejorar sus competencias. 






5 comentarios:

  1. Siempre has sido pionero. Magnífica idea la de la autopresentación.

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  2. Gracias, no creo que sea tanta innovación; y, además, es posible porque el número de estudiantes que, sumando grupos, me corresponde, se mueve en torno a 100 (y me quejo, porque en disciplinas muy cualitativas, como el Derecho, el peso de la evaluación e interacción es la parte del león y no el dichoso número de horas de clase).

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  3. Estimado Santiago:

    Me llamo Olga, soy rusa, y me planteo estudiar derecho en la UIB. Pero tengo una duda y me gustaría pedirle un consejo: el castellano no es mi idioma materno (eso sí, estoy licenciada en traducción y lo aprendí en mi universidad en Rusia) y no hablo catalán. ¿Cree que esto podría ser un problema a la hora de entender la materia? Aparte de esto sé que un abogado tiene que saber expresarse bien y yo, por mucho que me esfuerce, nunca podría hablar ni escribir como usted en su blog, por ejemplo. ¿Qué piensa? Cree que lo voy a tener demasiado difícil? Le agradezco de antemano su respuesta.

    Un saludo cordial y gracias,
    Olga Akímova


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    1. Lo que cuentas es, sin duda, una dificultad, pero si logras superarla (y seguro que se puede), disfrutarás de una ventaja competitiva: muy pocos de tus compañeros entienden ruso. Te sugiero que, para detalles, contactes con la Facultad: facdret@uib.es

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